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La educación artística ayuda a la percepción positiva de uno mismo de distintas formas, algunas de ellas detalladas a continuación:

1. Incrementa el respeto propio, cuando los niños participan de actividades artísticas grupales aprecian el feedback que reciben de sus compañeros de trabajo, esto los ayuda a construir el respeto hacia su persona, aceptando críticas y alabanzas de los demás. 

2. Genera orgullo, cuando el niño realiza una actividad artística poniendo su corazón y su alma en la nueva creación, sentirá una sensación de logro y satisfacción al ver el producto final de su creación. Como dice Dory Kanter, consultor educativo y escritor de artes y alfabetización, “Las artes nos pone a todos en un mismo barco, aprendiendo a crear y tener éxito en formas nuevas e inesperada, por ello los niños no sólo se convierten en apreciadores del trabajo del otro, sino que también desarrollan habilidades de autorreflexón en el esfuerzo por llevar a cambio su visión personal“. 

3. Aumenta las oportunidades de autoexpresión, otro beneficio de la educación artística es dar a los niños una forma de expresarse, especialmente en un entorno de aula. Cuando los estudiantes están trabajando hacia un objetivo común, aprecian que su “voz“ e intereses sean escuchados y entendidos por otros. Este esfuerzo conjunto crea un sentido de aceptación que es crítico para su autoestima.