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El verdadero propósito del arte es la residencia. Es por ello que la humanidad continuamente ha regresado al arte como una via de recuperación y reparación de la incapacidad física, emocional, y los distintos problemas interpersonales y espirituales de la vida. En otras palabras, la expresión artística y el proceso creativo son realmente manifestaciones del impulso hacia la salud y el bienestar. Como Louise Bourgeois señalo “El arte es una garantía de cordura“, es una forma humana de autorealización.

Las capacidades que tiene la expresión artística de aumentar la residencia no se encuentran en ninguna actividad particular basada en el arte, sino dentro de las características de la creación artística y también de la dinámica relacionan entre el individuo, su profesor y sus pares.

A continuación algunos ejemplos de cómo la creación artística incrementa la resilencia en personas de todas las edades:

1. Calidad de Vida, un crecimiento número de estudios subrayan como la terapia artística aumenta la percepción de la calidad de vida de personas con  discapacidades mentales, físicos y socioeconómicos. La percepción de la calidad de vida es un componente central de la residencia personal, a pesar de la salud física o desafíos psicosociales. 

2. Afecto-Regulación, la creación de arte puede ser una práctica autoreguladora y una que se basa en un “sistema de recompensas impulsado por el esfuerzo“ para mediar el estado de ánimo, particularmente la ansiedad y la depresión. Distintas investigaciones han identificado cómo y por qué ocurre esta mediación.